viernes, 25 de febrero de 2011

Arquitectura y el Concreto

La utilización del concreto en la arquitectura es resultado de una estricta y moderna ingeniería que contiene las virtudes absolutas y eternas de una tradición arquitectónica anterior. Producto de la evolución, el material, en vez de hablar sólo de sí mismo, empezó a hablar de ideas sobre escala, presencia y expresión, estructura convincente como hecho más que como idea.

Desde el punto de vista histórico, esto resultaba de lo más provocativo y prometedor en formas rectangulares vacías interrumpidas sólo por columnas, una claridad en la desnuda geometría de la estructura; espacios abiertos e ideales en todos los sentidos de la palabra: ideal para las necesidades de amplitud, limpieza, claridad, ausencia de decoración, etcétera. Es decir, un sistema fundamental de líneas horizontales y verticales de cargas y soportes, separadas de la manera más racional y económica posible.
Le Corbusier lo había aclamado como "los primeros frutos de la Nueva Era". Las imágenes de las fábricas y los elevadores de concreto constituían una iconografía utilizable, un lenguaje formal, por medio del cual se podían hacer promesas, mostrar adhesión al credo del movimiento moderno y señalar el camino hacia algún tipo de utopía tecnológica. El concreto representaría más que ningún otro los métodos constructivos del siglo XX.
Uno de los más destacados pioneros en el empleo del concreto fue Ernest L. Ransome, durante la última parte del siglo XIX. Nacido en 1852, Ransome procedía de una conocida familia inglesa de fundidores de hierro e ingenieros, que dejaron una importante huella en el nivel mundial como fabricantes de productos tan diversos como apisonadoras y máquinas para cortar el césped, entre otros. La energía de Ransome, su inventiva y, sobre todo, su astucia, le aseguraron un puesto permanente en los anales de la construcción con concreto.
Durante las primeras etapas de gestación de la modernidad, hasta alrededor de los años cuarenta, los autores tendieron a dar gran importancia al empleo pionero de "nuevos" materiales tales como el hierro fundido, el cristal, el acero y el concreto. Cualquier ingeniero o arquitecto que hubiera utilizado alguno de éstos en una fecha suficientemente temprana, por muy poco definido o dudoso que fuera el trabajo realizado, tenía todas las probabilidades de asegurarse un puesto respetable en el panteón de la modernidad.
El concreto ha sustituido al ladrillo o a la piedra de la tradición anterior. Material muy versátil, capaz de asumir cualquier forma según el encofrado en que se lo vierta, no pasó mucho tiempo sin que se investigara su plasticidad para elaborar efectos arquitectónicos de gran trascendencia.
Sin embargo, el sentido de las construcciones está atenuado por una relación inseparable con un parámetro especial, que tiene una importancia decisiva: ellas no adquieren ese aspecto monumental y "tallado" más que cuando se las ve de lejos, para convertirse en algo efímero pero acomodaticio. Es evidente el signo de una condición acomodaticia, cuya estructura simbólica refleja la diversidad de las vidas de los hombres y mujeres en el momento actual y revela, que en realidad, forman parte de la vida secreta de los edificios, y también un gran deseo de que sean al mismo tiempo iconos urbanos reconocibles.
La belleza en la arquitectura, como en toda concepción estética, encarna el terreno de lo subjetivo. Sin embargo, al ser materia, la arquitectura depende no sólo de la estética de las proporciones sino también de los materiales. De la correcta aplicación de éstos depende en gran parte el resultado final, lo que conlleva un proceso de aprendizaje, tanto para el diseñador como para el constructor.
El concreto es un material plástico que, junto con sus propiedades estructurales, ofrece enormes posibilidades de empleo como acabado final. Su versatilidad permite tener superficies pulidas o agresivas; el uso de agregados tales como grava, mármol y ónix lo dotan de texturas diversas que al ser modificadas con sopletes abrasivos, técnicas de esmerilado, desescamado neumático y gran variedad de otras técnicas, producen infinidad de epidermis. De tono grisáceo o café, según el tipo de cemento con que se haga la mezcla, el color del concreto puede obtenerse por medio de pigmentos.
Dadas su economía y manejabilidad, el concreto es un popular material de revestimiento. Ya sea colado en sitio, prefabricado o precolado, ofrece cada día nuevas posibilidades gracias al avance de la tecnología.

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